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La esquizofrenia es la patología psiquiátrica más grave y su frecuencia se establece alrededor del 1% de la población general. Comienza en edades muy jóvenes y no son raros los casos que se inician en la adolescencia. Los síntomas más conocidos de este trastorno psicótico son los delirios y las alucinaciones auditivas si bien pueden presentarse otros como el aplanamiento afectivo, la apatía, la agitación o el aislamiento.
La enfermedad de la esquizofrenia tiene un curso crónico y frecuentes recaídas, un 50% en el primer año de tras sar dados de alta y el 85% en los primeros 5 años, especialmente si se abandona la medicación. Suele producir deterioro de las funciones psíquicas superiores (disminución del rendimiento de la atención, la memoria, la concentración, la capacidad del pensamiento y la asociación de ideas) y la vida socio-laboral (el paciente sufre un retraimiento general que se conoce como autismo).
En PsicoClinica Murcia el tratamiento de la esquizofrenia es fundamentalmente biológico (con fármacos antipsicóticos), ya que creemos que es el único tratamiento capaz de mejorar los síntomas y frenar el curso progresivo de la enfermedad, lo cual permite una mejora notable del paciente.
Entendemos que los tratamientos psicosociales -psicoterapia, hospital de día, psicopedagogía y rehabilitación- son un muy buen complemento, pero que no inciden sobre la causa nuclear ni modifican los síntomas. Estas terapias psicosociales son un excelente complemento para mejorar la capacidad funcional y la interacción social, y de forma prevalente a que el paciente y la familia comprendan bien esta gravísima enfermedad, la acepten y entiendan que es básico mantener un tratamiento adecuado.
La introducción en la década de 1950 de los antipsicóticos no ha mejorado el curso a largo plazo, pero sí el pronóstico, en especial reduciendo el número de recaídas. Sigue a grandes rasgos vigente la ley clásica de los tres tercios. Según esta ley, un tercio de los pacientes con esquizofrenia tiene buen pronóstico y lleva a cabo una vida normal, si bien nunca se produce una recuperación absoluta y se requiere un tratamiento continuado. Otro tercio presenta síntomas significativos, y a pesar de cierto deterioro puede desenvolverse en la comunidad. El tercio restante presenta un deterioro notable y grandes limitaciones para manejarse socialmente. En concreto, en un 5-10% los cuadros de esquizofrenia son tan graves que presentan continuamente sintomatología activa y requieren ingreso permanente en un centro psiquiátrico.
La enfermedad de la esquizofrenia tiene un curso crónico y frecuentes recaídas. Suele producir deterioro de las funciones psíquicas superiores (disminución del rendimiento de la atención, la memoria, la concentración, la capacidad del pensamiento y la asociación de ideas) y la vida socio-laboral.
La esquizofrenia tiene diferentes posibilidades de evolución: inicio insidioso hacia la cronicidad, diversos brotes (episodios) con deterioro ligero o brotes con deterioro acusado, sobre todo tras el segundo o tercer episodio. Las recaídas son muy elevadas, ya que un 40% de los pacientes en tratamiento recae antes de los 2 años, y entre quienes no se medican las recaídas alcanzan el 80%.
Actualmente se admite que la esquizofrenia tiene una causa biológica-hereditaria más que psicológico-ambiental.
Aunque con amplias variaciones y condicionantes, los predictores de un pronóstico positivo de la esquizofrenia se concretan en el inicio agudo, la situación de pareja, el país en desarrollo y el subtipo agudo y catatónico, mientras que los predictores negativos se refieren al inicio insidioso, el sexo masculino, la mala adaptación premórbida, el consumo de drogas y los subtipos hebefrénico y simple.
Es importante reconocer los signos y los síntomas de la esquizofrenia y buscar ayuda cuando recién comienzan. Los signos suelen aparecer entre los 16 y 30 años. En casos raros, los niños también pueden tener esquizofrenia. Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en tres categorías: positivos, negativos y cognitivos.
Los síntomas "positivos" de la esquizofrenia se conocen como positivos porque son comportamientos adicionales que generalmente no se ven en las personas sanas. Para algunas personas, estos síntomas van y vienen. Para otras, los síntomas se estabilizan con el tiempo. Estos síntomas pueden ser graves, aunque en otras ocasiones, no se notan. Los síntomas positivos incluyen:
Los síntomas "negativos" de la esquizofrenia se refieren a abstinencia social, dificultad para mostrar emociones o problemas para funcionar normalmente. Las personas con síntomas negativos pueden requerir ayuda con las tareas diarias. Los síntomas negativos incluyen:
Los síntomas negativos son más difíciles de reconocer como parte de la enfermedad y pueden confundirse con la depresión u otros problemas.
Los síntomas cognitivos de la esquizofrenia no son fáciles de ver, pero pueden dificultar que la persona mantenga un trabajo o se cuide. El nivel de la función cognitiva es uno de los mejores indicadores de la capacidad de una persona para mejorar su funcionamiento general. A menudo, estos síntomas se detectan solo cuando se realizan pruebas específicas. Los síntomas cognitivos incluyen:
La esquizofrenia puede presentar una gran variedad de síntomas, pero en distinta proporción y relevancia, configurando las diferentes formas clínicas de esta enfermedad. Estas pueden ser la esquizofrenia simple, la esquizofrenia paranoide, la esquizofrenia hebefrénica (o desorganizada) y la esquizofrenia catatónica.
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Dr. Francisco Toledo Romero
Psiquiatra y Director de Psicoclínica Murcia
Num. col. 3004323
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